En el año 1978 empezó el cinematográfico asesinato de la madre de Luis Alberto Heber. Tres botellas de vino llegaron directamente a la casa de Luis Alberto Lacalle con una nota escrita que los motivaba a celebrar al día siguiente por la patria. Estas botellas tenían destinatarios específicos: Mario Heber y Carlos Julio Pereyra.
Pero solamente la esposa de Heber y madre de Luis Alberto Heber ingirió una copa de esta bebida, que la llevo directamente a la muerte, pues el vino se encontraba envenenado, tenia un insecticida muy reconocido en la época conocido como Foxdrin.
Durante muchos años el caso no llego a ningún punto de conclusión. El o los culpables seguían gozando de su libertad mientras los familiares de la difunta, seguían preguntándose quienes eran los responsables de tan cuestionable crimen.
Después de algunos años y gracias a una denuncia dada por Carlos Julio Pereyra el caso fue reabierto y gracias a una pericia caligráfica pudieron tener en mira a la primera supuesta implicada denominada como una mujer ex policía, a quien se le adjudicaría la realización de las notas.
El Perito Calígrafo en el caso de la madre de Luis Alberto Heber
Lamentablemente la pericia realizada en el 2006 no fue contundente y después de algunas contradicciones en los resultados, al ser comparados con los obtenidos en el año 1985 sobre el mismo caso, la jueza encargada se vio obligada a archivar el caso nuevamente.
Pero ahora es el hijo de la victima el que asegura que no se dará por vencido y solicitará que el caso sea reabierto nuevamente para que ahora con las nuevas herramientas y avances científicos y tecnológicos puede evaluarse la autoría de las notas y buscar culpables.
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