El inconsciente fue un gran descubrimiento realizado por la psicología hace algunas décadas. A partir de ello se han desarrollado distintos avances respecto a la comprensión del ser humano. Y ha sido posible anclar el inconsciente con algunos procesos del ser humano, uno de ellos es la escritura.
La escritura es un proceso muy importante en el ser humano, por medio de la escritura es posible compartir ideas, pero la escritura manuscrita dice mucho más del ser humano de lo que muchas personas alcanzan a comprender.
De hecho, se ha podido asegurar que cada forma de escritura de cada ser humano sobre la tierra es distinta, por más parecida que resulte, cada trazo posee rasgos muy particulares que corresponden a una persona y solo a esa persona. De alguna manera, hace parte de su identidad y habla de sí mismo sin importar que este diciendo el grafito.
El inconsciente y la Pericia Caligráfica
Uno de los elementos por los cuales la escritura (o la firma) es tan personal es porque el inconsciente está involucrado. Y el inconsciente no es controlado por el ser humano, por lo mismo es llamado inconsciente.
Existen trazos generalizados que cada persona realiza porque es el que corresponde al símbolo que necesitan escribir, pero hay otros que son muy personales y que con el paso del tiempo se vuelven trazos inconscientes automatizados.
Y al ser inconscientes y automatizados son los que permiten que la pericia caligráfica pueda realizarse, porque sin importar los deseos de quien escribe, su escritura corresponderá a la que posee desde el momento que aprendió a escribir y que tiene esos rasgos que se han ido desarrollando y anclando a su inconsciente con el paso de los años.
Algo que sobrepasa sus propios deseos y ayuda a la profesión.
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